domingo, 11 de abril de 2010

Mi amigo el Skinhead

Me llamo Laura tengo 25 años soy de Venezuela aunque llevo en España desde los 5 años, por lo que se podría decir que me considero mas española que venezolana , tengo una estatura media, pelo largo y moreno, ojos color café, cuerpo atlético puesto que me gusta cuidarme mucho, pechos firmes y glúteos prietos.

Mi historia comienza 4 años atrás cuando yo tenía aun 21 años, por ese entonces yo estudiaba medicina en Madrid aunque mis padres viviesen en Andalucía, como dije antes soy una chica a la que le gusta cuidarse y en ese tiempo a la vez me ganaba la vida de camarera para pagarme los estudios, la comida y el piso como vivía yo sola me sobraba algo de dinero y decidí apuntarme a un gimnasio para mantenerme en forma, fui a uno que estaba cerca del piso en el que vivía, entre y el local era bastante amplio, justo enfrente de la puerta, había un mostrador y un chico bastante delgado de estética punk sentado leyendo una revista me acerque hacia el y le dije:

-Hola buenas, me gustaría apuntarme al gimnasio

-Si te atiendo ahora mismo aunque el dueño no esta, ha salido un momento, dame tu documentación, contesto el chico.

Metí mi mano en mi bolsa de deporte, y le di lo que me pidió, apunto mis datos en el ordenador y volvió a decirme:

-Son 35€ por la mensualidad

Se los di volviendo a buscar en mi bolso el monedero, me entrego mi documentación y me indico donde quedaba el vestuario de señoras, entre, era una sala bastante pequeña debía de haber pocas mujeres en ese gimnasio pues solo había 3 bolsas de deporte, y se notaba que era un gimnasio poco solicitado, me cambie y me puse lo que yo suelo llamar "mi uniforme de sufrimiento" que consistía en unos pantalones de chándal azules con rallas blancas, una camiseta de tirantes negra y por supuesto mis zapatillas deportivas me dispuse a salir y justo cuando me dirigía a la bicicleta estática se abrió la puerta y me hizo girar la mirada hacia ella, entro un joven bastante alto, alrededor de unos 24 años, bastante guapo con la cabeza afeitada, con unos rasgos faciales muy varoniles, unos ojos verdes penetrantes, un cuerpo musculoso, tatuado a mas no poder, por su aspecto parecía un poco macarra y siempre he tenido debilidad por esa clase de hombres, paso y entonces me di cuenta de lo que realmente era, un skinhead lo ponía bien claro en su camiseta me miro, y andando con chulería se acerco hasta mi.

-Vaya, una nueva es raro por el gimnasio no suelen venir muchas chicas, me dijo

-Es mi primer día, le dije con confianza

-No eres española ¿no?

-No, no lo soy, se que eres racista así que tu por tu sitio y yo por el mío.

Empezó a reírse exageradamente a lo que acercándose mas a mi copio su camiseta por el cuello y la estiro hacia abajo, dejando al aire uno de sus pectorales y un tatuaje con un yelmo troyano

-¿Ves esto? Entérate de lo que significa primero, luego me cuentas

Dicho esto se dirigió al vestuario, y entro, en verdad seguía pensando lo mismo de el solo era un racista mas por que me iba a molestar en enterarme de lo que significaba eso aunque me despertó curiosidad, yo me dirige a mi destino como era obvio me subí a la bici y empecé a pedalear cuando llevaba un rato se abrió la puerta del vestuario masculino y el skinhead paso por delante de mi y me volvió a hablar

-Por cierto se me olvidaba comentarte, me llamo Raúl soy el dueño del gimnasio, si necesitas ayuda con algo, avísame ¿de acuerdo?

No me entraba en la cabeza, era racista sin embargo su forma de hablar conmigo era amable aunque con algo de chulería, ¿por que me trataba así? Ese día termine pronto mi entrenamiento, fui al vestuario, me duche me cambie y fui a casa, pero no podía quitarme de la cabeza lo que me dijo por lo tanto encendí el ordenador, puse en el buscador la palabra skinhead, después de varias imágenes de svásticas y todo tipo de imágenes fascistas descubrí una que me dio cuenta de que había metido la pata hasta el fondo, era el mismo yelmo troyano que Raúl llevaba tatuado en su pecho, pero con unas letras "skinheads contra los prejuicios raciales" me lleve las manos a la cabeza ¿Qué había hecho? Había juzgado a Raúl de racista sin serlo, me sentía fatal.

Al día siguiente mientras estaba en clase no paraba de darle vueltas al asunto estaba deseando que llegase la tarde para poder disculparme, las clases terminaron, fui a casa, comí y cuando llego la hora me fui para el gimnasio pero por el remordimiento de conciencia no tenia ganas de entrenar, fui solo y exclusivamente para disculparme.

Entre, y ahí estaba en el saco de boxeo propinándole una serie de puñetazos que casi doblaban el saco, me acerque lo toque por el hombro y note sus músculos duros y su piel suave, se giro hacia mí y empecé mi disculpa:

-Raúl quería pedirte perdón por acusarte de racista, dije sin casi levantar la vista del suelo

-No te preocupes estoy ya acostumbrado, sabia que te informarías sobre mi tatuaje se ve que eres una chica lista

-La verdad me siento muy avergonzada y me gustaría compensártelo, si te parece

-El asunto no tiene la menor importancia, pero si te sientes mejor ¿Qué te parece si esta noche salimos a tomar algo tu y yo? Eso si, con una condición

-¿Cuál?, pregunte

-Que me permitas saber como te llamas y que invito yo, me dijo con una sonrisa

-Laura me llamo Laura

-Un placer Laura, dijo plantándome dos besos. Esta noche paso a recogerte a eso de las 10

-Muy bien, esta noche nos vemos, apunta mi dirección

- No hace falta, tengo tus datos en el ordenador

-OK pues hasta esta noche

-Hasta luego, dijo sonriendo a modo de despedida

Salí del gimnasio y me dispuse a ir a casa, me sentía mucho mas tranquila al haberme disculpado, cuando llegue me hice un par de sándwiches para cenar algo, después me metí en la ducha y no podía quitarme de la cabeza con el pedazo de hombre con el que iba a salir esta noche, aparte su manera de tratarme y su macarrismo sin complejos me excitaban demasiado, no pude evitar el masturbarme pensando que era Raúl el que lo hacia, mojando mi pecho con el agua tibia que salía de la ducha a presión y acariciando mi clítoris con la otra mano, hundiendo mis dedos mas tarde en el interior de mi vagina ya lubricada con mis flujos y el agua que recorría mi cuerpo desnudo, haciéndome desembocar en un orgasmo brutal entre mis jadeos y gemidos, esa noche tenia un objetivo, Raúl tenia que ser mío a como diese lugar, me dispuse a arreglarme para salir poniéndome la ropa mas sexy que tenia en mi armario, que consistía en un top negro, una minifalda de tela escocesa, un liguero negro con medias del mismo color y unos zapatos negros de tacón de aguja que serian el sueño de cualquier fetichista, mirándome en el espejo de mi habitación pensando para mis adentros que caería rendido a mis pies esta noche, en ese momento pensé, ¿y por que no quitarme la ropa interior? Dicho y hecho metí las manos por debajo de mi falda, y me quite el tanga a juego con las media y decidí llevar mi sexo al aire, entonces se escucho el claxon de un coche, debía de ser Raúl esperándome abajo, cruce los dedos deseándome suerte a mi misma y me dispuse a cruzar la puerta, baje y me monte en su coche, Raúl no pudo evitar el mirarme de arriba abajo, el llevaba un polo verde oscuro de manga corta, unos tirantes rojos, unos pantalones pegados que exhibían lo gran dotado que estaba, remangados hasta la mitad de unas botas militares negras, Me dio dos besos para saludarme a lo que yo le pregunte:

-¿Dónde vamos?

-A un sitio de moda que hay en Madrid mucha gente suele acudir por allí, no quiero meterte en los sitios por los que suelo ir yo, me respondió

-Todo lo contrario, tengo curiosidad de saber lo que hace un skinhead por la noche y en los ambientes donde os movéis y como tu ya mismo sabes no se mucho de vosotros

-¿Estas segura? Te advierto que no son sitios con mucho glamour que digamos

-Me da igual, yo me adapto a todo

-Como quieras, dijo arrancando el coche

Llegamos a un local situado en un polígono bajamos del coche y entramos al local dentro había mucha gente bailando a saltos y empujones, era un concierto de música OI! nada más entrar otro skinhead se acerco a Raúl y lo saludo:

-¿Qué pasa Raúl? Cuanto tiempo tío

-Buenas Roberto ¿Qué tal?

-Aquí reuniendo a peña para darles de hostias a los nazis esta noche ¿te apuntas?

- No tío, esta noche paso, he venido con una amiga, respondió Raúl

-OK pues aprovecha, que tu amiga esta muy buena, menudo culo tiene, dijo el skinhead mirándome por detrás

Raúl puso una expresión de rabia en su rostro cogiendo con violencia al skinhead por la camiseta, lo que me hizo morderme el labio y excitarme otra vez debido a la agresividad de Raúl

-¡¡O la tratas con respeto o te mato aquí mismo!! Dicho esto soltó al skinhead de un empujón, vamos a la barra Laura no quiero ver a este gilipollas, me dijo agarrándome de la mano y llevándome a la barra del local teniendo una buenas perspectiva de culito perfecto

-¿Qué tomas?, Me dijo

-Una cerveza

-Pon dos jarras de cerveza, le dijo al camarero

-¿Por qué me has defendido? Le pregunte

-No me gusta la gente que trata así a las mujeres, y menos aun si me caen bien

-¿Eres así de agresivo siempre?

-Solo con quien se lo merece

El camarero nos puso las dos cervezas y empezamos a beber, a hablar y reírnos, pero yo no podía ocultar mi excitación mis pezones iban a estallar y notaba que mi flujo me empezaba a caer y mojar el taburete en el que estaba sentada, al cabo de un rato en mi plan de llevármelo a la cama le dije que si nos tomábamos la ultima en mi casa, Raúl accedió, salimos de aquel local, nos montamos en el coche arranco y mientras nos dirigíamos a mi casa empecé a intentar seducirlo

-¿Y tu tienes novia?

-No nadie quiere llevar mi modo de vida

-Es una pena por que te voy a ser sincera, estas de muy buen ver

-Gracias es un halago, ya tengo una admiradora, bromeo

-Jajá jajá además de guapo eres gracioso, le dije lanzándole una mirada lasciva que el capto a la primera

-¿Y tu tienes novio?

-No, no tengo nadie me soporta, dicen que soy muy fogosa en la cama

-Ah ok dijo notando que su sexo crecía dentro de su pantalón buscando una salida

-Tú habrás estado con muchas chicas

-No creas soy más tímido de lo que aparento

Yo no aguantaba mas, estaba chorreando y mas viendo el tamaño de su miembro

-Parece que alguien se despertó, le dije refiriéndome a su gran miembro

-Lo siento llevo mucho tiempo sin sexo y claro al estar con una chica tan guapa…

-No te preocupes, ¿Cuánto tiempo llevas sin sexo?

-Mas de tres meses

-¿Y no crees que ya va siendo hora de arreglar eso? Llevando mi mano a su pantalón y acariciándole su sexo por encima, para después desabrocharle el pantalón, que dura la tenia y que grande la saque de su escondite, me incline hacia el y empecé a lamérsela para después metérmela en la boca y hacerle una gran mamada succionando su polla como mejor se

-mmmmmm eres fantástica Laura, dijo disfrutando del momento pero sin perder de vista la carretera, acelere mis movimientos y jadeaba mas fuerte y rápido, notaba como disfrutaba cada movimiento que yo hacia.

-Eres la que mejor, toda una profesional, ahhhhhh diciendo eso note como su pene se ponía más duro y expulsaba el esperma caliente que tanto deseaba saborear, llenando mi boca de ese sabor tan característico.

-Acelera, quiero llegar pronto a casa y darte mi cosita solo para ti, dije mientras me levantaba la falda mostrándole mi sexo depilado

Cuando llegamos a mi casa aparco el coche justo en el portal, abrí la puerta y subimos corriendo por las escaleras hacia mi casa, abrí la puerta rápidamente, el paso y yo cerré la puerta lanzándome después a su boca como si fuera el tesoro mas preciado, nuestras lenguas jugueteaban y se enredaban entre si, me apoyo contra la puerta, se bajo los tirantes y se quito el polo que llevaba dejando ver su torso musculoso y tatuado mientras yo le desabrochaba el pantalón bajándolo todo de golpe y viendo su gran polla reclamando mi sexo, a lo que Raúl se puso de rodillas ante mi, me subió una pierna por encima de su hombro acercando su cabeza calva hacia mi coñito húmedo, su lengua rozo mi clítoris haciéndome que me retorciera de placer

-ohhh Raúl, menuda boquita tienes mmmmmm, nadie me lo había hecho tan bien como tu sigue así, no pares, hundió sus dedos en mi sexo mientras yo le sujetaba la cabeza para que no pudiera huir de la labor que tan bien estaba haciendo

-Raúl me voy, me voy, me estoy corriendo como una perrita, ahhhhhhhhh, mmmmmm, me mordía el labio y estrujaba mi pecho teniendo uno de los mejores orgasmos de mi vida

-Vamos a la habitación, quiero hacerte mía, me dijo mientras me cogia en brazos, cuando llegamos a la habitación me soltó en la cama y su vista se fue directamente al tanga que posteriormente me había quitado antes de salir con el

-Lo tenías todo planeado ¿no? Me pregunto

-Me tienes a 1000 no quiero precisamente ahora hablar del tanga

Se puso encima de mí y empezó a besarme, podía notar en su boca el sabor de mi sexo todavía, fue bajando hasta el cuello quitándome el top y lanzándolo al suelo, acariciaba mis pechos con mucha dulzura y pellizcaba mis pezones duros como balas seguía bajando y empezó a lamerlos mientras masajeaba con una mano mi otro pecho mientras yo daba pequeños gemidos de placer, lo agarre de la cabeza y lo puse a mi altura

-Déjate de tonterías, métemela ¡¡ya!! Le exigí, diciendo esto levantó mi falda, abrió mis piernas y puso su polla rozando la entrada de mi coñito y estimulándolo con su glande, agarre a Raúl de su culo duro y empuje hacia mi haciendo que su pene entrase en mis adentros

-aaaaaaaaah, grito de dolor y placer al mismo tiempo, empezando con sus embestidas primero despacio mientras yo jadeaba y gemía al ritmo de sus caderas con las manos todavía en sus glúteos ayudándole a seguir el ritmo, mientras sus testículos daban por debajo de mi sexo, lo abrace con mis piernas para que no pudiese escapar de mis adentros

-Me gusta que estés dentro de mi, haz lo que quieras conmigo soy tu putita esta noche y todas las que quieras, notaba como me penetraba con mas fuerza eso me hico sentir muchísimo placer lo que hizo que tuviese un orgasmo anunciándoselo con las contracciones de mi vagina, lo que hizo que el también se viniese conmigo llenando mi interior de su semen caliente, no podíamos ser mas escandalosos gemíamos y gritábamos como locos por el placer que nos recorría todo el cuerpo, cayo sobre mi pecho como si se hubiera desvanecido, me abrace a el y estuvimos un buen rato hasta que nos entro sueño debido a los acontecimientos y dormimos abrazados el uno al otro

Desde entonces llevo 4 años viviendo con el y teniendo nuestras sesiones de sexo como relato anteriormente y a pesar de su carácter agresivo y violento hacia los demás a mi me trata como una reina y es un chico bastante dulce, no es como aparenta ser para nada.

Un saludo y espero que les guste mi historia.

Escrito por Laura Sweet