viernes, 5 de marzo de 2010

A la orden mi general...

Quería dejar de ser virgen, y entonces llegaron los soldados. Tengo 18 años y soy virgen, bueno lo era. Quisiera contarles un poco de mi historia en general, pero eso arruinaría por completo el suceso que quiero relatarles.

Así que solo les contaré la historia más excitante que he vivido.

Hacía tiempo que tenía ganas de perder mi virginidad, llegué a estar tan desesperada, que en mi mente se desvaneció la idea de esperar al hombre adecuado, a mi príncipe azul, mientras su verga me hiciera estremecer y su lengua me llevara a un orgasmo, hasta podría haberlo hecho con mi abuelo, pero no tuve que recurrir a él, porque en este pequeño pueblo, donde muchas cosas no han cambiado, no podía ir por la calle a conseguir quien me penetrara fuerte y profundo, así que no perdí mi oportunidad cuando los soldados llegaron al condado.

Esa noche me quedé sola, mis padres y hermanas habían acudido a una reunión social a la que yo no podía asistir.

Iba a acostarme temprano, y como estaba sola, decidí dormir ligera de ropas, me puse un camisón corto, me quité el sostén y use mi braga más pequeña, la más sexy, todo mi ajuar era blanco. Ya estaba acostada pensando en la idea que me obsesionaba, cuando escuché que tocaban a la puerta, me levanté de mi cama, me puse una bata larga que cubriera mi pijama sexy, y salí de mi habitación, una de las criadas me interceptó.



  • Señorita, buscan a su padre.
  • ¿Quién?
  • El general y dos soldados más.- en ese momento mi imaginación y mi cuerpo se encendieron.
  • Hazlos pasar.
  • Pero señorita, está usted sola, no es correcto que…
  • Están buscando a mi padre, tal vez sea importante, tal vez no, no voy a mandar buscarlo si no es necesario, así que hazlos pasar y déjenos solos.
  • Si señorita, como usted diga.

Mientras esperaba que mis candidatos para desvirgarme llegaran, desabroche unos botones de mi bata, para que el camisón se viera, me quite los zapatos y los metí bajo un sofá, luego me solté el pelo y lo acomodé hacía delante, en mi mente juraba que lucía irresistible, y cuando los tres hombres entraron, y me vieron, comprobé mis sospechas.

Los tres eran de tez claroscuro, musculosos y atractivos, sin embargo el cuerpo del general, un hombre como de 30 años, fue el que más se me antojó, así que, si tenía suerte, no batallaría para deshacernos de los otros dos.

  • Señorita Connor, buenas noches.- saludo mi general.
  • Buenas noches general, ¿en qué puedo ayudarlos?
  • Vera, nenecito charlar con su padre, su propiedad es amplia y me gustaría saber si podemos guardar aquí algo de nuestra carga.
  • No creo que mi padre se oponga, es un hombre al que le gusta ayudar, ¡pero qué cosa!, se preguntará donde están mis modales, por favor siéntense caballeros, ¿gustan que nos traigan algo?- mientras decía esto, me senté cruzando la pierna, la bata que me cubría se abrió, y mis piernas torneadas salieron a escena.
  • Me temo que ya es tarde, y la hemos sacado de la cama, tal vez ya es hora de irnos, saludos a su familia, por favor avise a su padre que lo visitaré de nuevo.
  • ¿tan pronto?, pensé que tal vez podríamos platicar un rato, ¿un whisky, tal vez?
  • Quizá en otro momento podamos…
  • ¿a caso está usted despreciando mi hospitalidad?
  • Por supuesto que no señorita Connor…
  • Mía, ese es mi nombre.
  • Pues, Mía, no queremos importunarla más…
  • Lo noto algo tenso, si gustas puedo darte un masaje, general.- sabía que pronunciar "general", podía ponerlo a pensar si me refería a su cargo, o a un masaje completo.
  • James, Evans, necesito hablar con esta señorita a solas, regresen al campamento, voy en seguida.- sin decir nada, obedecieron, el tono que usó aparentaba que se sentía ofendido, a pesar de eso, no deje de comportarme como lo estaba haciendo.
  • ¿un whisky?
  • Por favor.- Al fin, el general se sentó, y cuando tuve las bebidas en mis manos me senté junto a él, de manera que mis piernas aparecieron de nuevo, mi bata se abrió por completo y la transparencia de mi camisón quedó al descubierto.
  • Desde que cruce la puerta, supe lo que estabas buscando, pero no creí que una niña como tú, fuera a conseguirlo.
  • Es por eso, que en cuanto te vi, te escogí como el hombre que me convertirá en mujer.
  • ¿Eres virgen?
  • Sí, pero después de hoy ya no más.
  • Mira niña, no sé que tengas en mente, pero yo no voy a…
  • Hablas demasiado.- de un solo trago me tomé el vaso entero, lo tire al suelo y me senté sobre él con las piernas abiertas, mi braguita estaba húmeda, y él lo sintió en su pantalón.
  • Vaya que esta mojada niña.
  • Y es por tu culpa.- comencé a moverme sobre él, estaba tan excitada que aún no pasaba nada y ya estaba gimiendo, sentí como su falo comenzó a crecer bajo mi cuevita.
  • Qué bien te mueves niña, ¿segura que eres virgen?
  • ¿vas a desvirgarme?
  • Me estas calentando niña, te estoy agarrando ganas, ¿Dónde quieres que te lo haga?
  • Vamos a mi cama.- quise pararme, pero me sostuvo de las nalga y se puso de pie.
  • Guíame.

Le fui indicando, hasta que abrió la puerta de mi dormitorio, la cerró tras él e inmediatamente comenzó a devorarme la boca, usó todo lo que podía, dientes, labios, lengua y saliva, fue un beso delicioso, mis flujos vaginales salían de mi sin control, pero yo no sabía cómo hacer para que de una buena vez me tirara en la cama y me la metiera bien duro. Creo que notó ni consternación.

  • ¿pretendes que sea delicado por ser tu primera vez? ¿o te estás echando para atrás?
  • Claro que no, te deseo, estoy mojadísima y es por tu culpa, quiero que seas todo menos delicado, quiero que me des con todo lo que tienes, pero hazlo durar.
  • No planeo otra cosa.- y entonces volvió a besarme como lo había estado haciendo, esta vez, le quiete la gorra y comencé a jalarme el cabello, desabotone su camisola y como pude le quite la camisa.

El se deshizo de mi bata, y de mi camisón hábilmente, sin dejar de besarme así de riquísimo, se acercó a la cama y me aventó con fuerza, me quitó la tanga y llevó a mis pechos una de sus manos y su boca, me mamó las tetas como si fueran su único alimento y estuviera en escases, pellizcó mis pezones, y mientras se los comía, llevó su mano a mi entre pierna.



  • Ábrete niña que te voy a meter mano.
  • Aahhh, a la orden general.- me estaba volviendo loca de placer.

Sus dedos resbalaron con facilidad en mi panocha gracias a la cantidad de humedad que tenía, apenas estaba dentro de mí, volvía a sacar su dedo corazón, y cuando volvía a entrar lo hacía acompañado de otros dos, yo movía con ritmo mi cadera, quería que me enterrara los dedos hasta el hígado, lo más profundo posible, ninguno de los dos podía dejar de gemir, y eso nos excitaba más.

  • ¿te gusta zorrita, te gusta?- que me gritara esas cosas me llenaba de placer.
  • Me porte mal general, castígueme, rómpame la concha, rómpamela.
  • ¿quieres que te la rompa?
  • ¡Rómpamela, rómpamela!
  • ¿eso quieres putita?
  • ¡quiero más, más, más!
  • Ahora vas a sentir mi verga, niña zorra.- de golpe, me sacó los dedos, me levantó y puso mis manos en su cinturón.- aquí hay un regalo para ti, si de verdad lo quieres, ábrelo perrita.- no lo pensé dos veces y en menos de un segundo él estaba completamente desnudo.
  • ¡pero qué verga mas tremenda!, me la quiero comer.
  • Comete mi paletón niña, nunca probaras nada como este.- no necesite que me lo dijera dos veces de una bocanada me lo comí todito, era delicioso, era grueso y grande, era de tamaño familiar y era para mí solita, lo chupe, lo lamí, incluso llegue a darle pequeños mordiscos que lo volvían loco.

Hacía círculos con mi lengua, dejaba mi saliva y luego lo mamaba, ningún sabor puede compararse con el de ese rico palo que me comí enterito. Creo que lo hacía bien porque el gemía con cada mamada que le daba, hasta que un liquido blancuzco comenzó a salir.

  • Tomate ese jugo, y deja de hacerlo porque me voy a venir y aun no te la calvo.- hice lo que me dijo, y luego volvió a tirarme en la cama.- ábrete que me voy a comer tu chocho.

Inmediatamente abrí mis piernas el llevo su boca a mi entrada, su bigote me hizo cosquillas, pero sentir ese bello en mi zona más sensible hacía que no dejara de mover mi cadera.

Él metía su lengua, me succionaba, estaba comiéndome, y yo me sentía muy rara, no dejaba de gritar, gemía como si no hubiera nadie en la casa.

  • ¡comételo todo general!, ¡así, así…aaaahhhh, más, vamos, chúpame toda, aahhh, más!
  • No te vayas a correr en mi boca o de castigo te la voy a meter bien duro, no vas a aguantar mi tranca.
  • No sé qué es eso, pero creo que ya viene…uuuummhhh, aaaaaaaaaaaaahhh, ¡sí!- una sensación maravillosa me inundó, sentía como si me estuviera vaciando al correr tantos fluidos por mi vagina, acababa de experimentar mi primer orgasmo y quería sentir eso otra vez.
  • Eres una niña muy mala, tendré que darte con mi palo.
  • Castígame general, hazme suplicar que no más.

Mi general me tomó de la cintura y me dio vuelta, me puso en cuatro patas y volvió a meterme un dedo en la panocha, pero por detrás. Movía su dedo en círculos, estaba excitándome otra vez, quería su mazo dentro de mí, quería que me convirtiera en mujer de una buena vez.

  • Ya métemela, fui mala y lo merezco, hazme mujer, ¡hazme tu mujer!
  • Te voy a castigar, y no te voy a reventar la concha.
  • Me muero de ganas, general, disparé de una buena vez.
  • Suplica por tu desvirga miento.
  • Por favor general, ¡penétreme!
  • No, niña.
  • Lo necesito, entiérremela.
  • Te voy a hacer mujer ¿y luego?
  • No juegue conmigo general, seré su mujer, seré su zorra todas las noches, seré una prostituta si usted quiere, ¡pero cumpla con mi iniciación ya!
  • Entonces prepárate, porque luego de que te atraviese con mi pene, te atravesara todos los días.
  • Todos los días, todo el día si quieres general, pero hazlo ya.

Sin previo aviso, sin más, me metió su palo completito, sentí un dolor desgarrador que me hizo gritar como si estuviera muriendo, y luego me la saco y la volvía a meter, comenzó con una metisaca muy pausado, mientras me penetraba, tocaba m clítoris y marcaba el ritmo.

Cuando el dolor comenzó a desvanecerse, el placer apareció, era exquisito, sentir ese palo tan grande dentro de mí, era maravilloso.

Salía y entraba cada vez con más fuerza, me estaba excitando demasiado, ser follada por primera vez estaba resultado ser la mejor experiencia de mi vida, creo que tener la verga de alguien que acababa de conocer y que era mucho mayor que yo, era lo que lo hacía tan interesante.

  • Más duro general, más adentro, más rápido, soy tu puta, follame así, así, aaaahhh, que rico, así general, más adentro, métemela mas, métemela, mas, mas, mas, maaaaaaaaaa…

El general me obedecía, me follaba tan fuerte como se lo pedía, hasta que él fin llegó.

  • Me voy a correr mujercita, te voy a dar mi leche.
  • Aguanta general, creo que falta poco, me vengo, me vengo…aaaaaaaaaaaahh.

Nos corrimos juntos, fue bellísimo sentir su leche llenándome el coño, y mí corrida, mezclados.

Después de esa noche, el general y yo, disfrutamos del sexo donde sea a la hora que sea, y la verdad no me importa si nos descubren, ya les contaré otra de nuestras aventuras.

Relato escrito por Escorpio 2191.

1 comentario:

  1. Brasyliss Pro Titanium Flat Iron, Made for Men - ITACAN
    Brasyliss Pro 2020 ford ecosport titanium Titanium Flat Iron, solo titanium razor Made for toaks titanium Men: Brasyliss babyliss titanium flat iron Pro Titanium Flatiron, titanium hair Made for Men - ITACAN Iron Type Type; Product Code: 488282022

    ResponderEliminar